Collar y correa, beneficios de seguridad y cuidado

Collar y correa, beneficios de seguridad y cuidado

El uso de una correa que permita sujetar al perro, sobre todo en las razas de defensa, viene desde hace mucho tiempo como medida de seguridad, ya que hace posible controlar a los celosos guardianes protegiendo a familiares, a amigos, a personas que no tienen intenciones de atacarnos o de animales inofensivos. La evolución en las relaciones entre los seres humanos y las diferentes razas caninas se ha convertido en un accesorio de gran importancia, de manera que actualmente es una prolongación del brazo y la voluntad del dueño sobre su más fiel amigo.

En muchos lugares se exige que los perros siempre estén provistos de correas que permitan el control por parte de cuidadores o dueños. Estas normas son válidas para áreas públicas o urbanas, incluyendo parques y plazas. Por un lado, se intentan prevenir accidentes, molestar a otras personas u animales y evitar peleas o ataques.  Facilitan el manejo, y si la mascota está entrenada, responde a pequeños movimientos de la correa siguiendo las indicaciones del dueño/paseador.

Tipos de correas: En la actualidad hay multiplicidad de modelos. Desde la clásica de cuero liso o trenzado acorde al gusto y posibilidades de cada dueño, como así también las más populares, accesibles, coloridas y resistentes de fibra (polipropileno). Existen modelos para todos los gustos y que se adecuan a funciones específicas o generales.

Las correas de adiestramiento o de educación para el paseo pueden estar confeccionadas con eslabones de acero inoxidable de diferente grosor y resistencia, según el porte de los ejemplares en los que serán utilizadas, son tal vez más comunes entre los adiestradores. Suelen usarse con los collares de “ahorque” del mismo material, construido por eslabones lisos, que resbalen bien, terminados en dos anillos de diferentes diámetros, haciendo pasar el de menor diámetro por el de mayor diámetro y sujetando la correa del primero se logra que el collar se cierre sobre el pescuezo del perro ante un tirón brusco o movimientos desordenados, permitiendo el control del adiestrador sin necesidad de aplicar fuerza para poder controlar al ejemplar.

La correa extensible de uso común y comercialización a gran escala permite soltar varios metros de longitud permitiendo a la mascota gozar de una cierta autonomía para elegir los lugares en los que quiera hacer sus necesidades. Poseen en la empuñadura un mecanismo que suelta o recoge la correa, permitiendo al dueño el total control de la distancia sin necesidad de quitar la atención de la mascota.

La correa de grupo permite sujetar a varios ejemplares simultáneamente, con una sola correa y con una sola mano. La más práctica y sencilla consiste en una cadena generalmente de acero inoxidable, cuyo principio y final se unen en el pasador de muñeca mediante un mosquetón especial que puede “soltarse” con una ligera presión del dedo. Los ejemplares así trabados llevan una pequeña cadena desde el collar hasta una argolla que abarca la correa común. Los perros al tirar accionan el mecanismo, se libera un extremo de la cadena que resbala dejando libres a los perros. Las correas de concurso son finas y de colores poco llamativos para no distraer la atención y realzar la belleza de los ejemplares. En la mayoría de las exposiciones, las perros de razas más peligrosas o agresivos son autorizados a hacer sus pasadas con elementos de sujeción mucho más fuertes, acordes a la peligrosidad y en virtud de proteger a otros participantes, asistentes o jurados.

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